Prostitución coactiva. Prueba
Caso práctico
Resumen
Dos personas extranjeras, en connivencia con sus respectivas novias, se dedican a organizar viajes desde los países de origen de las súbditas, mayores de edad, de sus mismos países hacia España, con el fin, previo engaño, de conseguirles un trabajo. Les proporcionan un pasaporte y les entregan cierta cantidad de dinero, mínimo imprescindible para viajar y subvenir a sus necesidades más elementales. Ya en España las emplean en el ejercicio de la prostitución, prostitución de la que no pueden escapar porque son víctimas de seguimiento, viven en el interior del local donde trabajan, son controlados sus movimientos y han contraído una deuda dineraria espuria para con los hombres que las retienen y mantienen en la prostitución. Consta, asimismo, que tenían la posibilidad de comunicarse con la gente a través de sus teléfonos móviles y consta también que eran objeto de continuas amenazas, aunque la verdadera naturaleza de las mismas no se ha sabido. Puede afirmarse cierta imprecisión en el seguimiento de que eran objeto por las novias de los hombres; pero sí es verdad que controlaban sus movimientos durante seis meses, hasta que decidieron denunciarlos a todos en la Comisaría.
Al incoarse diligencias penales, el Juez de instrucción decide grabar las declaraciones testificales de las mujeres, ante la previsión de que no comparecieran en la vista oral el día de la celebración del juicio. Así se hace y efectivamente no acuden a la vista, ni pueden ser localizadas. Pero, en el acto oral, se reproduce la grabación y se realiza la contradicción, surgiendo cuestiones nuevas del debate generado con la práctica puntual de esas pruebas y del resto. Se hacen constar protestas por la falta de suspensión de la vista ante la incomparecencia de las testigos principales; pero se pide expresamente la reproducción del sonido y de la imagen, así como la lectura de los folios que transcriben la testifical.