Incrementos de patrimonio

Abstract

Creo que puede ser útil al lector, antes de adentrarse en la tupida selva de las normas tributarias, refrescar algunos conocimientos de la teoría de la Hacienda Pública, porque cuando se aborda el tema de las plusvalías, incrementos de patrimonio en la terminología legal, nos invade la perplejidad pues encontramos tanto partidarios de su exoneración como de su gravamen más intenso respecto de las rentas ordinarias. De entrada ya nos tropezamos con un inconveniente, porque la distinción entre rentas ordinarias y plusvalías no es absolutamente nítida. Pero, dejando aparte esta cuestión para abordarla más adelante, me parece interesante reproducir un texto del maestro Luigi Einaudi, no por olvidado menos cierto:

«Si el propietario de la isla de Manhatan, sobre la cual está construida la mayor parte de la ciudad de Nueva York, se hubiere quedado dormido hace cien años y se despertara hoy, se encontraría dueño de un terreno de valor enorme, sin ningún acto de su parte. El aumento de valor se obtiene durmiendo, sin que el propietario que lo disfruta haya hecho nada para ello. Es la ciudad misma la que hace aumentar el valor … . Los valores creados por la sociedad deben volver a ella».

Luigi Einaudi, que no puede ser sospechoso de tendencias socializantes, recordemos que fue ministro del cuarto gabinete de De Gasperi, percibía con claridad que las plusvalías, en el ejemplo que pone eventualmente obtenidas a muy largo plazo, debían ser gravadas. Ahora bien, testigo de la crisis monetaria que se produjo con posterioridad a la Gran Guerra, observó que «cuando se debe gravar una diferencia entre el valor del tiempo A y el valor del tiempo B, hay forzosamente que tener presente las variaciones monetarias, complicando el sistema tributario para reducir los valores a un denominador común».