La continuidad del negocio financiero

Resumen

La recentísima aprobación por el Comité de Basilea de los Principos de alto nivel para la continuidad del negocio financiero ha venido a poner sobre la mesa de los presidentes de las entidades y mercados financieros el manual de una nueva disciplina, la «business continuity», que hace cinco años ni siquiera existía.

Las entidades financieras se caracterizan, entre otras cosas, porque su elevado apalancamiento se traduce en que el riesgo de crédito tenga un perfil mucho más significativo que en otro tipo de empresas. A la vez, el volumen, rotación y la velocidad de las transacciones electrónicas en los mercados financieros globalizados introducen el denominado riesgo sistémico, aquel que consiste en que la crisis de un actor principal del mercado se convierta en un virus letal que se contagie por todo el sistema. Este riesgo no es nada nuevo, desde luego, pero en los últimos tiempos hemos visto cómo los atentados terroristas de Nueva York en 2001, los apagones de Nueva York y Canadá en 2003, un terremoto en Kobe, el brote de SARS en Asia o la amenaza, este año, de una posible pandemia de gripe aviar han demostrado que acontecimientos externos sumamente graves pueden ser también el detonador de una crisis sistémica. De los medios para prevenir ese tipo de crisis y de la historia de cómo ha llegado a formarse la nueva disciplina es de lo que trata este artículo.