Secuestro. Amenazas. Delito contra la integridad moral
Palabras clave:
delito de secuestro, amenazas, delito contra la integridad moral, concursos y autonomía de accionesResumen
Una persona resulta secuestrada por otras en una habitación de pequeñas dimensiones, con escasa salubridad, en 3 m2 de espacio. El secuestrado permanece atado de pies y manos durante cuatro días, con los ojos cerrados y con la boca amordazada. Ni siquiera tiene un lugar donde asearse o realizar sus necesidades higiénico-sanitarias más elementales.
Al segundo día del secuestro se le permite hacer una llamada a su hermano, a quien previamente se le amenaza por teléfono para que no haga nada extraño. Al comentar a su hermano que era objeto de un secuestro, los secuestradores sacan sus armas y le apuntan.
Al quinto día se le cambia de ubicación, y durante el trayecto no cesan las amenazas para evitar su fuga. Resulta que es trasladado a otro lugar más oculto, en el cual permanece varios días maniatado, en condiciones parecidas a las descritas.
Tras la liberación le queda como secuela de sus padecimientos un estrés postraumático severo y permanente.