Agresión sexual. Violencia o intimidación. Continuidad delictiva. Incomparecencia de la menor víctima a declarar como testigo en el juicio oral

Caso práctico

Resumen

En el mes de octubre del año 2000, RM, se introdujo en el dormitorio de HB, de 11 años, y tras conminarle a guardar silencio, y agarrarle los brazos la penetró vaginalmente. El hecho se repetía semanalmente, y para facilitar colocó cerrojos en la habitación de la menor, hija de su pareja que desconocía lo sucedido. Para vencer la resistencia de HB la decía que haría daño a su madre o a su hermano o que mandaría a alguien para que le golpeara o violara, o bien le ataba las manos a la cama, la encerraba en su habitación, de donde en ocasiones no podía salir en semanas, o le prometía levantarle algún castigo o comprarle algo. Los hechos tenían lugar, normalmente durante la noche, si bien, en ocasiones, aprovechando que no había nadie en casa, realizaba tales hechos de día. Transcurridos varios meses finalizaron los hechos por el conocimiento que de los mismos tuvo un familiar de la menor ante las sospechas que generaba el comportamiento de la menor y de RM. El acusado había sido condenado con anterioridad, en 1999, por delito de agresión sexual. La madre padecía un cuadro médico que la obligada a tomar medicación que le provocaba somnolencia. Tras la correspondiente instrucción se celebró el juicio oral al que no concurrió la menor, que declaró sobre los hechos ocurridos durante la instrucción y en presencia del letrado del agresor, pero sí los familiares que conocieron los hechos así como el que descubrió los hechos; asimismo, se ratificaron los peritos en la inexistencia de fabulación en la menor y en la veracidad de sus afirmaciones, y en los aspectos médicos legales en relación con las secuelas físicas y psíquicas de la misma. El denunciado negó los hechos.