Delito y falta de coacciones. Requisitos jurisprudenciales
Resumen
Con fecha 12 de febrero de 1990, don Faustino y don Javier concertaron con don Antonio, propietario de una nave industrial, el arrendamiento de la industria existente en la misma, un taller de reparación de automóviles denominado La Rueda, así como del local donde se desarrollaba la actividad empresarial de dicho taller, que era la parte baja de la mencionada nave industrial.
En esa misma fecha y desde hacía más de un año, se encontraba ocupada la parte alta de la nave industrial por la empresa Ronda, S.A. en virtud de contrato de arrendamiento suscrito en fecha 1 de enero de 1989 con el propietario de la totalidad de la nave industrial, el mencionado don Antonio.
Cada nave tenía su acceso separado desde la calle, con puertas indistintas.
Toda vez que los inquilinos del taller de automóviles querían utilizar la totalidad de la nave (ambas plantas), desde el momento en que entraron se dedicaron a hacerles la vida imposible a los inquilinos de la nave de arriba, es decir, a la empresa Ronda, S.A. (dedicada a la empresa textil), de tal manera que en el mes de abril de 1991, cortaron los suministros de agua y luz lo que obligó a la empresa Ronda, S.A. a tomar el suministro de una nave vecina y como dicho suministro no se restablecía se vieron obligados incluso a alquilar otra nave para no perder la temporada de verano en relación con las prendas que confeccionaban, quedando la nave primitiva (la parte de arriba que es la que tenían alquilada) de simple almacén y manteniendo todavía el contrato de arrendamiento de la misma. No obstante como todavía los inquilinos de la nave inferior no habían conseguido su propósito de desalojar plenamente la nave de arriba para ocuparla para su negocio, fueron aún más lejos y decidieron en junio de 1991, dos meses más tarde, derribar el tabique que daba paso a las escaleras de acceso a la puerta del piso superior y, tras entrar en la nave de arriba, sellaron y atrancaron la puerta de entrada desde la calle y ocuparon dicha nave, lo que ocasionó que cuando los empleados de la empresa Ronda, S.A. fueron a la referida nave no pudieron acceder a la misma.
