¿Qué es mejor para la empresa, «negociar de buena fe» o «resistirse»?: necesidades organizativas y conciliación de la vida familiar
Comentario a la Sentencia 392/2013, de 13 de noviembre, del Juzgado de lo Social n.º 27 de Madrid
DOI:
https://doi.org/10.51302/rtss.2014.2862Resumen
Instituciones públicas de todos los niveles de la llamada gobernanza mundial, cuyo alcance por lo general se limita a aprovechar al ámbito económico, empresarios y sindicatos están de acuerdo en indicar que el objetivo de la «conciliación de la vida laboral y familiar» es uno de los principales valores del mundo contemporáneo, no solo por su justicia intrínseca sino por su capacidad para mejorar la productividad. Pero cuando del discurso oficial pasamos a la práctica cotidiana la convicción se invierte y emergen todo tipo de problemas, de modo que la prestación de servicios se convierte en una carrera de obstáculos a salvar para ese fin, hoy reconocido, si bien no garantizado, como un auténtico derecho social fundamental, por tanto, con un nivel de protección no solo constitucional sino comunitario. Buena prueba de ello es el sentido de la última reforma laboral, la de 2012, sea en su versión originaria o inicial cuanto en los sucesivos capítulos que de la misma se vienen escribiendo, y los que faltan, como el Real Decreto-Ley 16/2013.