Un nuevo «fantasma» recorre Europa: la «directiva de retorno» y la propuesta de directiva del tiempo de trabajo «interminable»

Resumen

El Gobierno de la Unión Europea (UE), esto es, el Consejo a iniciativa de la Comisión, acaba de aprobar dos iniciativas legislativas de enorme calado social, económico y jurídico que han tenido un extraordinario eco mediático y que han provocado un torrente de críticas desaforadas contra las mismas desde diferentes sectores de opinión. La primera, conocida como «Directiva de Retorno», relativa a las normas y procedimiento para ordenar el regreso a sus países de origen, u otro de tránsito, de los inmigrantes que han entrado irregularmente en un Estado miembro, ya ha tenido la aprobación del Parlamento Europeo (PE), y en breve se publicará en el DOUE. La segunda, relativa a la modificación de la Directiva sobre el Tiempo de Trabajo, está pendiente de aprobación por el PE, cuya posición es en este momento bastante incierta al respecto.

En torno a ambas iniciativas se ha abierto un intenso y agrio debate. El sector crítico para evidenciar que estamos ante una involución sin igual en el modelo social de la UE, por lo que el «fantasma» de la regresión social amenazaría la construcción europea. Los partidarios lanzan, paralelamente, una campaña orientada a convencer a la ciudadanía de todo lo contrario, esto es, de que estas reformas son garantistas.

Pero ninguno, ni el sector crítico radical ni el sector favorable, suelen construir sus argumentos sobre los textos aprobados por el Consejo sino sobre imágenes simplificadas y estereotipadas de los mismos, construyendo un discurso maniqueo de «buenos» y «malos», de modo que no hay margen más que para la adhesión a una u otra posición. Pero la valoración jurídica, y social, exige previamente un conocimiento básico, pero serio y riguroso, de las claves reguladoras que proponen estos textos. Precisamente, ese análisis –y valoración– es lo que pretendo llevar a cabo aquí.