El teletrabajo
DOI:
https://doi.org/10.51302/rtss.2003.8675Abstract
El dinamismo que exigen mercados cada vez más competitivos y globalizados impone la necesidad de abordar nuevas formas de trabajo que se destaquen por proveer mayor flexibilidad.
El teletrabajo es una modalidad de empleo que permite al mismo tiempo, incrementar la eficiencia de la empresa, reducir sus costos y mejorar la calidad de vida del trabajador. Implica la sustitución de los desplazamientos físicos relacionados con el trabajo por la utilización intensiva de las Tecnologías de la Informática y las Telecomunicaciones (TICs), rompiendo con las ecuaciones tradicionales: hombre-lugar de trabajo y hombre-horario de trabajo. Es abordada además, como solución a problemáticas globales relacionadas con la contaminación ambiental que ocasionan dichos desplazamientos, el desarrollo de áreas económicamente deprimidas o aisladas y la inserción laboral de discapacitados, entre otros.
La experiencia de importantes empresas, en su mayoría relacionadas con las TICs, entre las que se destaca en España IBM, demuestra que con una correcta planificación y un seguimiento adecuado, su implementación será generadora de importantes beneficios. El crecimiento de la economía E-lance (trabajo freelance o autónomo contratado y ejecutado íntegramente a través de Internet), en mercados desarrollados como EE.UU. y Canadá, avecinan un cambio sustancial en las condiciones de trabajo en un futuro no muy lejano.
Para lograr el desarrollo y la expansión que proyectan sus más fieles seguidores, será imprescindible que tanto el Estado como el sistema educativo, los sindicatos, las organizaciones internacionales y las empresas conformen una sinergia, que favorezca su difusión, aporte seguridad y evite posibles abusos para con el trabajador.
El teletrabajo es una entre las tantas oportunidades ofrecidas por un mercado laboral que intenta adaptarse al contexto imperante. La Sociedad de la Información día a día va destruyendo los paradigmas de empleo que dominaron la época de la Sociedad Industrial. Depende de nosotros saber anticiparnos a los cambios de manera tal que la adaptación resulte lo menos traumática posible.
Como dijo Peter Drucker, «El peor peligro en tiempos turbulentos no es la turbulencia sino actuar con la lógica del ayer.»