Mujer y trabajo: el cuidado de la familia como cuestión social
DOI:
https://doi.org/10.51302/rtss.2004.8853Abstract
Este trabajo ha sido seleccionado y ha obtenido el accésit Premio Estudios Financieros 2004 en la modalidad de Derecho del Trabajo y Seguridad Social.
Este trabajo aborda en clave jurídica y crítica el cuidado de la familia, tema de vital importancia en la actualidad, sobre todo a consecuencia de la progresiva e imparable incorporación de la mujer al mundo laboral y del envejecimiento de la población que afecta especialmente a la sociedad española. El análisis de la cuestión empieza por un aspecto al que las normas laborales llevan un tiempo intentando dar respuesta: la conciliación de la vida familiar y laboral. Un detenido análisis de las medidas conciliatorias en relación con el cuidado de la infancia evidencian las carencias existentes que dificultan el compatibilizar la vida laboral con el cuidado de la familia. En consecuencia, los ascendientes aportan, en gran medida, el cuidado informal necesario para la solución de este problema, como ha quedado reflejado de forma indirecta en una ley relativa a las relaciones familiares de los nietos con los abuelos en situaciones de crisis matrimonial. Pero el nuevo reto para el Derecho es el cuidado de ancianos y discapacitados. Es éste un ámbito en el que las normas laborales y los convenios colectivos parece que aún no han reparado. Ello obliga a que sean las familias o el propio particular afectado quien a título individual busque solución a «su» propia necesidad de cuidado.
El legislador, ante los problemas de dependencia de una población cada vez más envejecida, está fomentando soluciones basadas en el juego de la libertad contractual. Ante esta situación y en el ámbito de los ingresos y gastos públicos, se deben introducir fórmulas (básicamente, beneficios fiscales) que vengan a compensar eficazmente el ahorro que para la organización pública supone la asunción de este deber de cuidado por los particulares, y que sirvan además para coordinar el derecho a la percepción de cuidados (a poder ser, conferidos por su propia familia) que ampara a ancianos, niños o discapacitados, con el derecho al acceso a un puesto de trabajo remunerado del cuidador.