Gravamen del despido y otras reformas (proyectadas) ¿de «fin de época»?

Resumen

Cualquiera que sea la opinión que se tenga al respecto, en la que aquí no entramos ni tan siquiera a mediar, la ciudadanía española vuelve a vivir un debate intenso, por momentos agrio, que parece sacado de otra época: «Monarquía o República». Ciertamente, la histórica abdicación del rey Juan Carlos I a favor de su hijo, ahora ya Felipe VI, ha abierto la «Caja de Pandora» y ha suministrado un tema más para el proceso, este sí más nuclear e insoslayable, más pronto que tarde, de «reforma constitucional». Este reciente cuestionamiento, siquiera sea a los efectos dialécticos, de tal dimensión de la forma de Estado que España se dio hace ya siete lustros, se suma al todavía más ácido, y quizás más nodal aún, por la decisión del gobierno de Cataluña de suscitar un desafío soberanista –o independentista– que es el de «soberanía única o soberanía compartida» o repartida, esto es, entre «Estado autonómico o Estado federal», con lo que otro pilar de la Constitución de 1978 andaría errante y en busca de reconciliación. Por supuesto, tampoco aquí sugerimos posición alguna, pues en una aproximación editorial que pretende ser estrictamente socio-laboral (aunque el inicio sugiera otra cosa, pero sabemos que no es bueno guiarse solo por las apariencias), estos problemas, que no dejan de incidir de un modo relevante en el mundo del trabajo –hoy más bien del desempleo y de la precariedad– y de la protección –hoy más bien desprotección y de la pobreza– social, deben orillarse, o, en todo caso, quedar en un segundo plano. Y entonces ¿por qué los traemos a colación aquí?