Economías del alma

Resumen

Este trabajo ha sido seleccionado y ha obtenido el Accésit Especial Premio Estudios Financieros 2003 en la Modalidad de Recursos Humanos.

En un contexto de incertidumbre, en el que lo nuevo queda obsoleto casi a diario, en el que el orden político mundial se está rescribiendo y en el que las señas de interpretación empresarial han perdido parte de su tradicional significado, los conceptos habituales de gestión no sirven para medir lo que la empresa es, hace, consigue y vale.

Las personas son ahora, y ya, el principal activo de la empresa. En sus conocimientos y en su compromiso reside el factor diferencial que permitirá alcanzar el éxito en este siglo apenas iniciado.

La gestión del capital humano es mucho más compleja de lo que la mayoría de las organizaciones consideran; es una gestión mucho más difícil que la del mero salario. Se trata del alma de las empresas; como tal se sabe que existe, pero apenas se conoce su naturaleza, su importancia para el cuerpo empresarial, sus problemas y sus remedios.

En este sentido, se habla mucho –quizá en exceso– de la importancia del capital humano, pero se sabe muy poco acerca de cómo gestionarlo. Quizá es un discurso vacío, hueco, del que hay que ocuparse sólo en momentos de bonanza económica, una especie de retórica empresarial a usar en foros y actos públicos cuando las cosas van bien. De ser así, mal vamos. Hasta que las empresas no consideren sus recursos humanos –en toda la amplia y compleja dimensión de ese calificativo humanos– como auténtico capital, y le otorguen tanta importancia como al capital financiero, no se avanzará. Las organizaciones seguirán sumidas en la gestión de paradojas que minarán la confianza, impedirán el compromiso y disociarán el alma y razón de la más importante ventaja competitiva: las personas.