Verano y salario variable: El Tribunal Supremo alienta las vacaciones ¿o no tanto?
DOI:
https://doi.org/10.51302/rtss.2016.2146Abstract
1. Hace pocas semanas podíamos leer, no solo en la prensa económica especializada, que la negociación colectiva está siendo, para las fábricas españolas de coches, una gran fuente de competitividad. ¿Por qué? Porque gracias al plus de flexibilidad consensuada que proporciona, las plantas españolas aparecen mucho más «atractivas» a los ojos de las cúpulas de los grandes grupos productores e inversores, que no la hallan en su país o en otros, dado que vivimos en un mundo de economía competitiva mundial. La cuestión no es solo nacional, ni tan siquiera europea, como prueba el que también China ande afanada hoy en busca de una «nueva piedra filosofal» para mantener su posición principal en la economía mundial. Así, conocemos en estos días que las autoridades chinas, muy preocupadas por la «des-localización» que empiezan a sufrir por el impacto de otros países vecinos con salarios todavía más bajos que los suyos, quieren equilibrar esta doble exigencia de evitar la «fuga de empresas» y elevar los salarios de una mano de obra cada vez más cualificada.