La reforma de segunda generación del mercado laboral: Incentivos al «espíritu emprendedor» y retorno del «pensamiento mágico»

Autores/as

  • María Rosa Vallecillo Gámez Especialista en Políticas de Empleo. Doctora en Ciencias del Trabajo. Profesora asociada de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Universidad de Jaén (España)
  • Cristóbal Molina Navarrete Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Universidad de Jaén (España)

DOI:

https://doi.org/10.51302/rtss.2013.3120

Palabras clave:

garantía juvenil, desempleo juvenil, contratos de trabajo, emprendimiento, intermediación laboral

Resumen

El Real Decreto-ley 4/2013, de 22 de febrero, de medidas para fomentar el empleo y el autoempleo juvenil parte de un diagnóstico cierto: el «desempleo juvenil» en España es un «problema estructural», que la crisis agrava sí, pero en absoluto crea, a diferencia de lo que sucede en otros países europeos –Italia, Suecia–, en los que el desempleo juvenil triplica el desempleo global. Un problema estructural solo puede resolverse con reformas estructurales. La nueva norma pretende generar la creencia en que así lo va a hacer, por eso intenta desmarcarla de la Ley 3/2012, llamándola «reforma de segunda generación», como si el nombre tuviera en sí mismo la magia de cambiar la realidad. Ahora, sugiere, no promoverá la «devaluación» de condiciones de empleo y de trabajo para favorecer la competitividad, sino que la busca fomentando el «espíritu emprendedor», facilitando financiación alternativa a las pymes, propiciando el emprendimiento y facilitando nuevas oportunidades de empleo a los jóvenes, anticipando para España la propuesta comunitaria de la «garantía juvenil de empleo».

Pero como suele suceder con todo lo que implica «segundas partes», una vez más el «paraíso prometido» en el Preámbulo no se corresponde con la realidad dada. Al contrario, frente a la ilusión de un marco institucional para una nueva era cultural y socio-económica, más evolucionada y moderna, basada en la innovación empresarial y la cualificación juvenil, encontramos la decepción del eterno retorno a las soluciones del pasado, reafirmando la cultura empresarial del favor por la contratación temporal. No se fomenta el emprendimiento –la iniciativa empresarial– sino el autoempleo, y no se propician mayores y mejores oportunidades de empleo juvenil, sino que se abre un gran abanico de sub-modalidades de contratos laborales, de todo tipo, cuya razón de ser es única y la misma: insertar en el mercado de trabajo a los jóvenes durante un cierto tiempo, en espera del cambio de ciclo económico.

Con esta perspectiva, aquí se ofrece un estudio detallado de todos y cada uno de los incentivos contenidos en el Real Decreto-ley 4/2013 tanto al autoempleo juvenil cuanto a la contratación laboral de jóvenes. Los autores exponen las nuevas condiciones de uso y se detectan los problemas aplicativos, aportando soluciones. También hay espacio para una nueva modalidad de contratación de solidaridad intergeneracional en la que es el joven emprendedor el que ofrece la oportunidad de empleo al trabajador maduro, con lo que conecta también con el Real Decreto-ley 5/2013.

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Publicado

07-04-2013

Cómo citar

Vallecillo Gámez, M. R., & Molina Navarrete, C. (2013). La reforma de segunda generación del mercado laboral: Incentivos al «espíritu emprendedor» y retorno del «pensamiento mágico». Revista De Trabajo Y Seguridad Social. CEF, (361), 5–78. https://doi.org/10.51302/rtss.2013.3120

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