Sobre la posible regularización laboral de la prostitución: reflexiones para un debate

Resumen

No hace falta profundizar en demasía para apreciar cómo la realidad social de la prostitución se muestra descorazonadora: cientos de miles de personas (en su inmensa mayoría mujeres, muchas de ellas inmigrantes y en no pocos casos forzadas por las redes de tráfico de personas) ejerciendo una actividad capaz de suponer un desdoro para la dignidad humana pero que mueve cada año miles de millones de euros en España y ante la cual el legislador muestra una ambigüedad que solo sirve para agravar el drama que la prostitución supone.

Ante tan desolador panorama, no es sorprendente que haya surgido un intenso debate social sobre la necesidad de proceder a una reforma legislativa en la materia. La actual regulación ni prohíbe la prostitución (aunque sí aquellas figuras de explotación sexual relacionadas) ni expresamente le proporciona soporte acabado, lo cual deja a quienes ejercen esta actividad en un páramo yermo de protección jurídica.

En semejante contexto, una reforma legislativa parece necesaria y la duda estriba en determinar su signo; ya para luchar decididamente por erradicar esta actividad mediante el endurecimiento de una regulación de corte prohibicionista (al estilo de cuanto ha ocurrido en Suecia), ya para otorgar un acabado régimen jurídico que trate de otorgar a quienes la ejercen una adecuada protección social (como ha ocurrido en Holanda o Alemania). De aceptar esta segunda tesis, surge entonces la duda de cómo articular esa protección, bien admitiendo la consideración como trabajadores por cuenta ajena, bien como autónomos, debiendo el legislador perfilar aspectos tan delicados como el desarrollo de la relación contractual o de servicios, la prevención de riesgos laborales o el encaje en el sistema de Seguridad Social, líneas maestras respecto de las cuales el presente trabajo trata tan solo de ofrecer pautas válidas para la reflexión en el intento indeclinable de todo jurista de tratar de lograr una realidad mejor.