Migrantes, refugiados y bienestar europeo: «solidaridad social» y «razón económica»
DOI:
https://doi.org/10.51302/rtss.2018.1670Abstract
1. El año 2017 se despedía con un dato sociodemográfico inquietante relativo a nuestro «saldo vegetativo» –diferencia entre defunciones y nacimientos–, y es que en España hay más defunciones que nacimientos, lo que no es un mero dato coyuntural sino una tendencia, al repetirse cada semestre desde 2015 (Informe INE sobre el Movimiento Natural de la Población). No obstante, el balance final de la radiografía sociodemográfica española resulta muy esperanzador porque gracias al «saldo migratorio» positivo se logró que la población residente en España –por lo tanto, activa, cotizante y contributiva– no solo se mantuviese respecto del año anterior, sino que aumentara hasta superar los 46,5 millones de habitantes, consolidando así el crecimiento iniciado en 2016. Dicho «saldo migratorio» favorable se produjo porque entraron en España 237.115 inmigrantes y salieron más de 184.189 ciudadanos –nacionales y extranjeros–, lo que arroja una diferencia positiva de 52.926 personas.