Sucesión empresarial, concurso y preferencia de empleo del representante laboral: ¿por qué nadie quiere «lidiar este toro –conflicto de competencia–»?

Comentario a la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de 18 de marzo de 2014, rec. núm. 382/2014

Resumen

En un contexto de crisis económica continuada, las empresas siguen obligadas a hacer frente a los problemas de gestión de personal que genera acudiendo a las más diversas técnicas de reestructuración y reorganización productiva. Esa necesidad, como es bien sabido, no puede afrontarse del mismo modo mediando o no una situación de formal concurso de acreedores, esto es, cuando la crisis de solvencia económica ha estallado de manera profunda. Un factor añadido de complejidad que, como resulta bien sabido, se multiplica jurídicamente por la intervención de dos diferentes órdenes jurisdiccionales, así como de dos ordenamientos diferentes, aunque parcialmente concurrentes en este ámbito. Precisamente, según resulta más que resabido, el legislador intentó reducir esta complejidad evitando la concurrencia, para inventar una figura, la del «súper-juez del concurso», llamado a resolver de forma exclusiva y excluyente todas, o buena parte de las disfunciones que presentaba, y presenta, esa dualidad.