Análisis de los contratos formativos, a tiempo parcial y de duración determinada, en el sector del turismo
DOI:
https://doi.org/10.51302/rtss.2000.17819Resumen
En España la evolución de la economía y del turismo han sido dos realidades paralelas. En momentos en los que existía un débil tejido industrial, el turismo significó la posibilidad de la apertura económica al exterior, así como el elemento que permitió el equilibrio de la balanza de pagos. Esta correlación, en la actualidad, se sigue manteniendo. Así, según datos de la Organización Mundial del Turismo de 1999, nuestro país ha recibido a 51.500.000 turistas, siendo sus ingresos por este capítulo de más de 25.000 millones de dólares.
Temas tan complejos como la necesidad de incrementar el turismo de calidad, el desarrollo sostenible en determinadas zonas, la corrección de la estacionalidad veraniega de la demanda, los procesos de fusiones y concentraciones de las empresas, la necesidad de mejorar la formación y la cualificación de los recursos humanos para lograr una mayor profesionalización, la aparición de nuevos complejos de ocio o su consideración como reducto de yacimientos de empleo, han de ser resueltos con la regulación generalista de los contratos contenida en el Estatuto de los Trabajadores.